El palacio acogió el Belén... y fue el Belén. Foto, diciembre 2011 |
En los años sucesivos fui al Palacio de Guevara en numerosas ocasiones, casi siempre con las cámaras de 7 Región de Murcia. Siempre había alguna exposición que grabar; o, si no, el propio edificio era un complemento de lujo a cualquier noticia sobre historia, cultura o arte en la comarca del Guadalentín.
Parte de la fachada fue arreglada antes de los terremotos, creo recordar que aprovechando aquel invento del Plan E que convirtió Lorca en un lugar intransitable durante aproximadamente un año. Se reformó el pavimento de la calle Lope Gisbert y se mejoró la entrada principal, especialmente las bases de las columnas, que antes quedaban bajo el nivel del suelo con una especie de protecciones de cristal. Una chapuza que se pudo arreglar.
El Palacio de Guevara durante las reformas del Plan E (agosto 2009) |
Llegó el maldito 11-M y se llevó lo esencial: las nueve vidas. Y, además, miles de viviendas. Y después, nuestros monumentos.
El Palacio de Guevara no fue ajeno a
la debacle. La iglesia de Santiago quedó convertida en un solar -y no hubo una
catástrofe de dimensiones inimaginables gracias al cura que evacuó a tiempo a
los niños de las comuniones, lo recordaré siempre-; Santo Domingo perdió una torre;
San Francisco se quedó con el pináculo de la torre torcido, a punto de caer; la
Ex Colegiata sufrió el bombardeo de los pináculos que atravesaron la cúpula y
abrieron cráteres en el suelo de mármol; la Virgen de las Huertas perdió la torre;
las de San Cristóbal, el Carmen y San José quedaron impracticables; la de San
Diego nos cayó prácticamente encima a mi operador de cámara, Óscar Peña -que siguió grabando- y a
mí... Quedaron arruinados San Mateo, el convento de las Clarisas, la iglesia de
Cristo Rey... ¿Qué os puedo contar, que no recordéis?
El patio durante las obras (foto, mayo 2012) |
El Palacio de Guevara sufrió daños gravísimos que lo mantienen cerrado desde entonces. En la lotería de ayudas y subvenciones que ha experimentado Lorca desde el 11-M, le tocó un buen número. En su caso concreto, se está haciendo cargo de la restauración el Estado, a través de una partida que se llama Uno por ciento Cultural: por ley, en cada obra pública que se acomete -con excepciones- hay que destinar una partida del 1% del presupuesto que se ingresa en un fondo específico con destino a la conservación o enriquecimiento del patrimonio cultural español.
Este mediodía, la concejala de
Cultura, Sandra Martínez, ha
convocado a los medios a una rueda de prensa en el palacio, para explicar en
qué estado se encuentra. Las noticias son buenas: según la concejala, el Palacio de Guevara abrirá sus puertas a
mediados del próximo mes de marzo; esto es, a tiempo para la Semana Santa.
La idea del Ayuntamiento es que durante 2013 el palacio esté abierto a las
visitas, pero sin muebles ni cuadros; por un lado, así se aprovecha para hacer
los últimos retoques -pintura, luces, cosas así-; y por otro lado, enseñando el
edificio desnudo -como un lienzo en blanco, decía el arquitecto jefe- los
visitantes podrán ver cómo era, e incluso qué trabajos y reformas ha
experimentado con el paso de los siglos.
Interior del palacio, hoy |
Hay que recordar que el mobiliario tuvo que ser evacuado con carácter de urgencia, por el mal estado en que quedó el edificio. Todos habremos visto los baúles, las sillas antiguas, los cuadros gigantescos, y demás muebles con muchos siglos a sus espaldas. Ahora mismo todos los muebles están depositados en dos lugares de Murcia: el museo de Bellas Artes y el Arqueológico; además, hay tres piezas que están en Valladolid, porque el Gobierno de Castilla y León se ha hecho cargo de su restauración.
El Palacio de Guevara está
considerado una auténtica joya del Barroco civil a escala regional. Recibe
coloquialmente el nombre de Casa de las Columnas por las dos columnas
salomónicas -en espiral- que flanquean su puerta principal. Lo hizo construir
en los últimos años del siglo XVII don Juan de Guevara, caballero de la Orden
de Santiago, y desde entonces ha experimentado algunas reformas, incluyendo la
última impuesta por los terremotos. El palacio estuvo habitado hasta las
últimas décadas del siglo XX: su última propietaria, Concha Sandoval
-descendiente del primer Guevara- se lo donó al Ayuntamiento a condición de que
se convirtiese en un museo. Fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en
2008.
Pasaríamos horas enteras contemplándolo... |
Las obras de restauración han tenido
un importe de 600.000 €, y han abarcado todo lo que se dañó el 11-M: se han
cerrado grietas importantes y se han cosido los sillares en la fachada, en la
cúpula, en la caja de la escalera... además, se ha hecho una limpieza integral -entendiendo
como tal la retirada de elementos posteriores que no tenían interés artístico,
ya que hasta hace años fue una casa habitada- y se han mejorado algunos elementos
como la instalación eléctrica, adaptándola a las necesidades de un museo.
Se va a prestar una atención
especial al suelo. Las obras de rehabilitación tras los seísmos permitieron
encontrar, entre otras cosas, algunos rincones donde aún quedaba parte del
suelo original, una cerámica azul muy bonita. Ese suelo se ha recuperado;
también se van a dejar algunas habitaciones con un pavimento hidráulico -parece que es una clase de
suelo también antiguo-; y el resto se pavimentará en madera, como se hace en
muchos museos modernos. También se han podido salvar los murales del Salón
Amarillo, una de las estancias típicas del Palacio de Guevara, como el Salón
Rojo o la Sala de Camachos.
El pavimento original (foto, mayo 2012) |
A fecha de hoy, según los datos de la concejala, se da por restaurado en un 80-85%, lo que -como decía antes- va a permitir que abra al público a partir del mes de marzo.
La visita al patio central da algo
de miedo, porque está todo lleno de andamios, y los arcos están tapados por
inmensas lonas de plástico. Sin embargo, según ha explicado el director de los
trabajos, el arquitecto Gonzalo
Fernández-Ilundáin, esto se ha hecho precisamente que las obras grandes han
terminado; el palacio se ha plastificado
porque le falta darle un tratamiento exterior -algún tipo de pintura o de
protección antihumedad-, y no quieren que se llene de polvillo mientras está
sin pintar.
En definitiva, si todo sale bien
dentro de un par de meses podremos volver a visitar el Palacio de Guevara;
quizás estas Navidades podría acoger de nuevo el Belén Municipal -esto lo digo
yo-, y el año próximo volver a dar el magnífico servicio que prestaba a todos
los lorquinos y a miles de visitantes, con la restauración del año 2011 y
sucesivos convertida en una etapa más en la dilatada e interesante Historia que
esta joya del Barroco tiene a sus espaldas.
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