martes, 2 de octubre de 2012

COAG exige medidas para minimizar los daños



            En Lorca ha llovido sobre mojado; y esto es más que un juego de palabras. Los terremotos de mayo 2011 acabaron con industrias y comercios, y la riada de septiembre de 2012 ha hundido literalmente al campo. Lo ha hundido bajo toneladas de agua y fango, que se ha llevado una decena de vidas humanas y ha condenado a muerte a un sector que ya lo tenía muy difícil, del que depende la maltrecha economía española.

            Anoche cerca de 300 personas se dieron cita en los salones El Faroli, de la Virgen de las Huertas de Lorca, en una Asamblea general extraordinaria organizada por la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), para analizar los daños y buscar ayuda hasta debajo de las piedras, ya que el futuro del sector se ha quedado ahí, debajo de toneladas de piedras. En la presidencia, Miguel Padilla, presidente de COAG Lorca, junto con Pedro Lencina, presidente regional de la Coordinadora, el alcalde Francisco Jódar y otros representantes agrarios y técnicos. Entre el público, la alcaldesa de Totana, Isabel María Sánchez, con su concejal de Agricultura; el diputado regional socialista Manuel Soler; concejales de los tres partidos con representación municipal de Lorca. Y, sobre todo, agricultores y ganaderos preocupados, inquietos y muchos de ellos enfadados. Llevan mucho tiempo prestando solidaridad a los demás sectores de la producción, dando empleo, sufriendo la competencia desleal de terceros países, de todos los terceros países del mundo, a quienes la Unión Europea concede ventajas que perjudican a España. Y ahora, esto.

            Tras los terremotos y la riada, a Lorca sólo le falta un volcán, empezó diciendo Miguel Padilla. No hablaba en broma, y desde luego nadie se rió. El presidente local de la COAG anunció que estaban literalmente en la calle. Arruinados por una situación "inimaginable", cuyos daños materiales han superado los de la riada de 1973. Muchos agricultores y ganaderos, como él mismo, aún no han podido entrar en sus explotaciones para ver el estado concreto en que habían quedado establos, invernaderos o almacenes.

            Pero Padilla también dejó claro que no era el momento de arrojar la toalla. Hay que aunar esfuerzos y ver qué se puede hacer para minimizar los daños. Por el momento, los técnicos de la COAG han estudiado las leyes y decretos hasta la letra pequeña; han consultado en Bruselas, Madrid y Murcia, y han visto cómo se ayudó a las víctimas de los terremotos tan recientes del 11-M.

            El alcalde de Lorca, Francisco Jódar, calificó la situación como una "catástrofe con todas las letras de la palabra", que no son pocas. Tampoco han sido pocos los daños, que además de afectar a los campos han afectado a numerosos comercios y al polígono industrial de Serrata, donde se asienta el poco curtido que la crisis todavía no se ha llevado por delante. Eso sí; dando gracias a que la presa de Puentes ha salvado miles de vidas; a la ciudad entera, según le comentaron a Jódar los técnicos de la Confederación Hidrográfica del Segura que han evaluado los daños. El pantano de Puentes, el encauzamiento de la rambla de Nogalte y el del río Guadalentín a su paso por Lorca han evitado daños terribles, pero las lluvias han convertido los campos deTotana, Lorca y Puerto Lumbreras en un gigantesco charco que hay que desecar literalmente.

            Jódar recordó todas las actuaciones de emergencia llevadas a cabo desde el viernes por la tarde hasta el lunes a mediodía. Se ha movilizado a los alcaldes pedáneos, que han llevado a cabo una actuación ejemplar siempre en la primera línea. Policía Local, Bomberos, la Unidad Militar de Emergencias, los Servicios Sociales municipales, técnicos de Urbanismo e incluso empresas privadas han aportado su pequeña parte -sería un sarcasmo hablar de granitos de arena- para normalizar la situación. Anoche ya no quedaban zonas aisladas, aunque sí inundadas; ha habido que recoger 200 toneladas de animales muertos y llevarlos a depósitos especializados. El alcalde puso bajo sospecha a las autovías, y anunció que se iba a hacer una investigación para ver si en algunos casos habían actuado como muros de contención. Los agricultores apuntaban directamente a la vía rápida Lorca-Águilas, cuyas sucesivas reformas fueron anunciadas a bombo y platillo, prácticamente kilómetro a kilómetro, pero que presuntamente ha supuesto la muerte por ahogamiento para un sinfín de explotaciones de las zonas de Purias o El Campillo.

            Cuando la emergencia esté totalmente resuelta habrá que buscar las ayudas, anunció Jódar. Por ahora, el Ayuntamiento ha tomado una serie de decisiones: se han diseñado dos modelos de solicitud, una para daños en explotaciones agrícolas y ganaderas y la otra para daños en viviendas, para que las víctimas puedan detallar con total precisión dónde, y en qué medida, les han afectado las lluvias. Se ha instalado en el CIFEA una oficina en la que recopilar todos los datos; hasta allí se han trasladado técnicos de Urbanismo y de Servicios Sociales. Las solicitudes pueden tramitarse también en las oficinas abiertas en las pedanías, y también por Internet.

            El Ayuntamiento de Lorca ha creado también una plataforma con representación del propio consistorio, organizaciones agrarias y ganaderas, regantes y asociaciones de defensa sanitaria. Además de coordinarse a la hora de pedir las ayudas, la plataforma servirá para que las ayudas se puedan pedir con la mayor legitimidad posible, sabiendo que hay toda una comarca detrás.

            Francisco Jódar afirmó que la normativa sobre las ayudas vendría "muy pronto", y animó a las víctimas a no caer en el victimismo; a luchar mucho y llenarse de fuerza para salir adelante sin espantar a los inversores presentes y posibles.

            En otro momento de la asamblea, el alcalde recordó que la propia Constitución obliga a las Administraciones a ayudar a los ciudadanos que lo necesitan.

            Paco Gil, de COAG Murcia, fue el encargado de enumerar las ayudas que se van a exigir. Exigir, que no pedir, porque las Administraciones y los políticos tienen la obligación de solucionar los problemas que sufren los ciudadanos. Gil puso encima de la mesa algunos galones: en la Región de Murcia, el sector primario genera más del 25% de los puestos de trabajo. Agricultores y ganaderos son gente muy sufrida, que ahora exige soluciones no solamente porque es de justicia, sino porque dichas ayudas además van a repecutir sobre el conjunto de la sociedad.

             Gil enumeró 15 posibles ayudas, que me voy a limitar a enumerar de la mejor manera que recuerdo, recomendando al lector especializado que consulte alguna fuente más especializada y oficial:

            1/ Ayudas por daños personales y materiales en viviendas, comercios, explotaciones agrarias y demás.         
            2/ Ayudas de la Administración por causas excepcionales.
            3/ Subvenciones por daños en infraestructuras municipales y de las redes viarias
            4/ Daños directos en producciones agrícolas y ganaderas. El Seguro de Explotación, en ganadería, tenía muy pocas pólizas dadas de alta: seis en ovino y caprino, y ninguna en porcino. Tratarán de que los Seguros de Retirada, cuya contratación es obligatoria, sirvan para que el titular pueda acogerse a las ayudas previstas para los Seguros de Explotación. También pedirán que a quienes tengan Agroseguro, aunque sea del año pasado, se les puedan aplicar las compensaciones previstas para el Seguro de Explotación.  
            5/ En julio de 2012, el Gobierno regional quitó todas las ayudas al seguro agrario; mientras que el Estado ya ha retirado ayudas por valor de 40 millones de euros, algo que en breve se podría duplicar. Van a exigir que a las explotaciones de Lorca, Totana y Puerto Lumbreras no se les quiten esas ayudas, para todo lo que queda de 2012 y para el año 2013 en su totalidad.
            6/ Reducción del Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) para las explotaciones de Lorca, Totana y Puerto Lumbreras, para los períodos de 2012 y 2013. Gil dejó bien claro que esto no depende de los Ayuntamientos, sino que éstos tienen la obligación de pasarlos al cobro por orden del Estado.
            7/ La misma reducción para el Impuesto sobre Actividades Económicas (IAE).
            8/ Otras reducciones fiscales especiales: revisión de los módulos, y del IVA.
            9/ Deducciones fiscales en el Impuesto sobre la Renta de 2013, ya que la de 2012 ya se ha presentado.
            10/ Exención de 1 año en el pago de la cotización de los autónomos a la Seguridad Social.
            11/ Posibilidad de que las empresas afectadas puedan hacer un ERE temporal cuyos gastos sean asumidos por la Administración.
            12/ Beneficios y ayudas del Estado en los préstamos ICO.
            13/ Moratorias en los préstamos concertados con la Administración. Cajamar ya ha anunciado que aceptará moratorias en sus préstamos; esperan que otras entidades se sumen a esta medida.
            14/ Gestionar que la Mancomunidad de los Canales del Taibilla reduzca los precios del agua para dar de beber a los animales, porque los precios de ahora son muy caros.
            15/ Creación de un Plan Agrario del Guadalentín, con la misma mentalidad transversal y exhaustiva del Plan Lorca.

            Después de esta exposición, Miguel Padilla volvió a tomar la palabra para sumar una medida número 16: Que se redacte un real decreto de ayudas centradas en los damnificados; y si no hay dinero, que se busque de donde sea.

            Padilla recomendó a los afectados que analicen con calma todas estas medidas, para ver cuáles de ellas se les podían aplicar, aunque fuera aprovechando la letra pequeña de la ley.

            Pedro Lencina, el presidente de COAG de la Región de Murcia, expresó ante todo las condolencias a los familiares de las víctimas y transmitió un mensaje de esperanza. Recordó que la COAG cuenta con más de treinta años de historia, y prometió que seguirá luchando en defensa de los agricultores y ganaderos. Pidió imaginación a los políticos y los técnicos de Bruselas, Madrid, Murcia y Lorca, a la hora de buscar y aplicar ayudas para minimizar la catástrofe.

            En definitiva: todos a una, con la COAG llevando el timón, para exigirles a los políticos que ayuden a un sector que ya estaba dañado; pero que si se muere del todo como consecuencia primero de los terremotos y ahora de las riadas, se morirá llevándose consigo a buena parte del empleo que aún nos queda.

           

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