jueves, 25 de octubre de 2012

Homenaje a la G. Civil por su acción en las riadas



            El director general de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa, ha visitado esta mañana la casa cuartel de la Guardia Civil de Puerto Lumbreras, acompañado por el alcalde Pedro Antonio Sánchez, el delegado del Gobierno Joaquín Bascuñana, el teniente general de la G. Civil Cándido Cardiel y el coronel jefe de la zona de Murcia José Ortega.


            Por la tarde ha acudido a las instalaciones provisionales de la Guardia Civil de Lorca, y a la sede en reconstrucción, en una visita que no había concluido en el momento de terminar la crónica, pero de la que informaremos en su momento.

            Fernández de Mesa ha querido expresar personalmente el reconocimiento del Gobierno y de los ciudadanos hacia los guardias de esta zona, de Lorca y de Totana, por la actitud tan destacada que han tenido, primero en los terremotos y luego en las últimas riadas.


            Según sus cifras, el Gobierno central ha invertido cerca de 600.000 euros en la casa cuartel de Puerto Lumbreras, 270.000 euros en las reformas de la de Totana y 5'9 millones de euros en la de Lorca (que se recibirá en mayo de 2012 tras haber sido reconstruida por completo).

            En Puerto Lumbreras hay 11 guardias, en Totana 53 y en Lorca 93; en el conjunto de la Región hay 2.012 efectivos. En cuanto a la situación de la Benemérita en el conjunto del Estado, Fernández de Mesa ha destacado que la tasa de reposición de las plazas es del 10% (es decir, que sólo entra un guardia nuevo por cada diez que se jubilan). En España hay 1.976 puestos de la Guardia Civil; la mayoría de ellos tienen cubiertas al menos un 90% de las plazas, un porcentaje que desciende hasta el 85% en otras provincias donde la G. Civil ya no tiene las competencias en materia de seguridad ciudadana.


            Fernández de Mesa ha anunciado que se prevén condecoraciones a varios guardias por las labores que llevaron a cabo durante las riadas. Y ha puesto como ejemplo de sacrificio de la institución, más allá de lo que el deber exige, el caso de un cabo de Melilla que acaba de ser condecorado con la "Cruz Roja" (supongo que la Medalla al Mérito de la Guardia Civil con distintivo rojo). Este cabo, después de acabar el servicio de rescate de los tripulantes de una patera en alta mar, escuchó un golpe de un bulto que caía al mar. Saltó al agua, se sumergió y rescató a una mujer embarazada que se estaba hundiendo a 8 metros de profundidad; mientras salían a la superficie agarró a un niño de 8 años, hijo de la anterior. Una acción muy meritoria que honra a ese cabo y a la Guardia Civil, y que a mi juicio contrasta con otros cuerpos o unidades policiales que viven para apalear a los ciudadanos.

            De la actuación de la Guardia Civil durante los terremotos y las riadas también habla hoy mismo la Delegación del Gobierno, que destaca literalmente que tanto en el terremoto como en las inundaciones, los guardias civiles de la zona llevaron a cabo labores de dirección y coordinación de los servicios del operativo establecido, auxilios necesarios en un primer momento a la población afectada y búsqueda de personas desaparecidas. Fue especialmente importante la coordinación y participación en el rastreo y búsqueda de la ciudadana alemana desaparecida en las ramblas de Zarzalico y Béjar (Puerto Lumbreras). También participaron en la localización de dos de los fallecidos (una niña de siete años y su abuelo); en el rescate de dos ancianos en la rambla Biznaga, sacándolos de su vehículo instantes antes de que la crecida del agua los arrastrase; en el auxilio y rescate de varias personas en la zona de la Almenara, que se encontraban aislados en sus casas; en el rescate de varias personas del interior de vehículos y viviendas en las zonas afectadas de la localidad de Lorca; rescate en la autovía A7 de numerosos conductores que se habían quedado atrapados en el agua y el barro con sus coches; y evacuación de numerosas personas a lugares seguros en vehículo oficial, para evitar que fueran arrastrados por la corriente.

            Por cierto, que la Guardia Civil también ha sido víctima directa de los terremotos y las riadas. Ya sabemos que la casa cuartel de Lorca ha sido uno de los edificios derruidos por el mal estado en que quedó. El cuartel de Totana también sufrió daños por los seísmos, y de hecho los guardias llevan meses en otro emplazamiento. Mientras que las riadas han dañado los acuartelamientos de Zarcilla de Ramos (Lorca), Alhama y Cabezo de Torres (Murcia).

            La Delegación del Gobierno también ha informado de que el Destacamento de la Guardia Civil de Tráfico de Lorca va a ser galardonada con el "Legado Alfonso XIII" por su actuación en el accidente de un camión cisterna de gas en la autovía A-91 (A-92 en el tramo andaluz) entre Puerto Lumbreras y Granada, a la altura de la Venta de la Petra. Un suceso del que acaba de cumplirse un año, que se saldó con la muerte del conductor del camión. La cisterna reventó y provocó dos incendios forestales, uno a cada lado de la autovía. Además, voló por los aires los cristales de la gasolinera de la Venta de la Petra y reventó el interior de la tienda.

   
         En resumen, los guardias civiles han sido homenajeados como merecen, por sus innumerables acciones en beneficio de los ciudadanos. Mientras que las ayudas por las riadas siguen sin llegar.

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