La Oficina Periférica
de Comunicación (OPC) de la Guardia Civil ha distribuido la alocución del
coronel José Ortega, Coronel Jefe de la V Zona (Murcia), con motivo de la
fiesta del Pilar, patrona de la Benemérita. El coronel tuvo un recuerdo para
las víctimas de las pasadas inundaciones en la Región.
Transcribo íntegra la
alocución del Coronel Jefe.
Excmo. Sr. Delegado del
Gobierno en Murcia; Excmo. Sr. Almirante Jefe del Arsenal Militar de Cartagena;
Excmas. e Ilmas. Autoridades; Queridos Guardias Civiles y familias; Señoras y
Señores; Amigos todos:
Celebramos un año más,
el día de la Patrona de la Guardia Civil, Celebración que viene siendo una
constante en toda la geografía española, desde que en el año 1913 fuese
declarada la Virgen del Pilar, Patrona del Cuerpo, por S.M. el Rey Alfonso
XIII.
Es una fecha en la que
todas las Casas-Cuartel, se visten de gala, para recibir a las primeras
Autoridades y a los vecinos de sus respectivas demarcaciones, con la finalidad
de compartir una jornada festiva, en la que queda patente el mutuo respeto y
cariño.
Hoy en este rincón
histórico de la ciudad de Murcia, recibimos a todos ustedes con los brazos
abiertos e interpretamos su presencia como expresión del apoyo y estima, con
que siempre nos corresponden. Ello puedo asegurarles fortalece un mayor
acercamiento de la Guardia Civil a la sociedad y contribuye a renovar el
compromiso de servicio y cercanía con los ciudadanos. Muchísimas gracias a
todos por su presencia en este acto.
Hoy es el día elegido
para proclamar nuestro legítimo orgullo de ser Guardias Civiles. Es también el
día de estrechar lazos de compañerismo y de consolidar nuestra unión, pues el
pueblo, al que acogemos hoy, quiere vernos así, quiere ver a una Guardia Civil
cuyo impulso, debidamente aplicado al mejor servicio al ciudadano, cercano a
él, transmita la confianza necesaria para que la simbiosis Pueblo-Policía
facilite la consecución de una sociedad libre y segura.
Y continuando con el
capítulo de las gratitudes, debo mencionar a todos los Guardias Civiles de esta
Zona que con su esfuerzo diario, lealtad, espíritu de sacrificio, honradez,
amor al prójimo y exacto cumplimiento del deber, elevan a las máximas cotas de
eficacia, el resultado del servicio realizado.
Por todo ello, muchas
gracias y muchas felicidades a todos, y os invito a continuar en la misma
línea, pues si podemos sentir la satisfacción del deber cumplido, no debemos
conformarnos con los resultados que aún hoy tenemos. En absoluto podemos
relajar nuestra actitud permanente de servicio a los ciudadanos, y debemos
intentar conseguir que éstos se sientan
seguros. Para ello hemos de seguir realizando un importante esfuerzo en
el campo de la prevención, considerada ésta como auténtico motor de la nueva
idea de seguridad. Es preciso seguir insistiendo en la participación directa
del ciudadano en estas tareas de prevención e información.
Pero esto no puede
quedarse en simple retórica expresada en un día de celebración. Exige de todos
nosotros un permanente esfuerzo de adaptación a las diversas situaciones que
las sociedades modernas imponen, con la supresión de fronteras entre países, la
vertiginosa implantación de las nuevas tecnologías, la evolución paralela de
una, cada vez más sofisticada delincuencia, así como la mayor exigencia de respeto
a los valores democráticos, que tan íntimamente unidos deben estar a los
valores humanos. De su fortaleza dependerá
que la sociedad sea más o menos libre.
También la sociedad nos
exige, la formación continua, el respeto a las leyes y a las diferentes
normativas y el conocimiento exhaustivo de todas las técnicas
profesionales, que con el trato
exquisito que debe acompañar a todas nuestras actuaciones, aseguren siempre el
agradecimiento del ciudadano aunque sea para sancionarle.
Pero todas estas exigencias
que hacen de nuestra profesión una peculiar manera de vivir, que limita
parcialmente algunos de nuestros derechos y eleva a obligación el dar nuestra
vida, si fuere necesario, en defensa del ciudadano, debe llevar también la
exigencia para quienes tienen la responsabilidad de conducirnos, de cuidar a
este colectivo de hombres y mujeres honrados y ser quienes abanderen las
peticiones de los Guardias Civiles para que realicen su trabajo en las mejores
condiciones posibles y con la adecuada calidad de vida.
Es también el momento
de pediros a todos los componentes de este Cuerpo, que examinemos nuestro
trabajo realizado durante el último año y hagamos el esfuerzo de mejorar sin
autocomplacencia, la disponibilidad hacia la sociedad murciana y para ello lo
mejor es partir de una actitud de humildad reconociendo que no todo lo hemos
hecho bien, y que podemos y debemos mejorar algunos aspectos. Es preciso seguir
avanzando en la máxima coordinación con las Policías Locales, con la Seguridad
Privada, con las Asociaciones vecinales y en general con el resto de las
Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
La participación de los
ciudadanos, mejorará si éstos mantienen la percepción de un alto grado de
confianza en el servicio que le prestan los guardias civiles.
A ello, sin duda alguna
contribuirá la siempre especial dedicación que nuestro Cuerpo dirige a los
auxilios humanitarios, base fundamental, de la proximidad al ciudadano que
hemos de pretender con carácter permanente en nuestro quehacer diario. Y de
ello hemos dado auténtico ejemplo en los pasados días, trágicos días, en que la
naturaleza se ha cebado nuevamente con parte de la Región, Hoy, permítanme que
dirija un emocionado recuerdo para las víctimas generadas por esas malditas
riadas y deseo que sus familias encuentren pronto el consuelo que les ayude a
sobrellevar las ausencias de sus seres queridos.
Desde aquí, solicito a
todos los integrantes de esta Unidad que sigan estando próximos a ellos, y les
presten todo el apoyo que demanden y esté en nuestras manos.
Es en estos momentos
donde uno se siente verdaderamente orgulloso de ser Guardia Civil, porque han
sido múltiples los auxilios prestados y porque lo habéis hecho de forma
desinteresada, y callada; habéis acudido al lado de nuestros vecinos
necesitados, estando fuera de servicio, con absoluta generosidad,
profesionalidad y amor al prójimo. Habéis hecho patente cuanto dispone el
Reglamento del Cuerpo, en su artículo 8º, que leo literalmente: “El Guardia Civil ..será siempre un
pronóstico feliz para el afligido, infundiendo la confianza de que a su
presentación el que se crea cercado de asesinos, se vea libre de ellos; el que
tenga su casa presa de las llamas, considere el incendio apagado; el que vea a su
hijo arrastrado por la corriente de las aguas, lo crea salvado; y, por último,
siempre debe velar por la propiedad y la seguridad de todos...”
Hoy, quiero dar una
sola cifra: La Guardia Civil ha realizado durante este año, 48.469 auxilios humanitarios en las
carreteras (mi especial recuerdo a la Agrupación de Tráfico), en el mar (con
las múltiples asistencias a la inmigración por el Servicio Marítimo), en las
poblaciones y en el ámbito rural (con las patrullas de Seguridad Ciudadana y el
Servicio de Protección a la Naturaleza, tan reconocidos por la sociedad. El
fundamental Servicio Aéreo no sólo para la vigilancia y auxilio del litoral,
sino para efectuar los rescates de máximo riesgo y dificultad.
En
definitiva, el objetivo final de esta Institución es la mejora de la seguridad
ciudadana, especialmente en lo que hace referencia a los aspectos que afectan a
los
sectores de la sociedad más vulnerables, como sucede en las infracciones penales que se producen en el ámbito familiar, en las zonas de ocio de la juventud, en los colectivos de la tercera edad y el colectivo de inmigrantes.
sectores de la sociedad más vulnerables, como sucede en las infracciones penales que se producen en el ámbito familiar, en las zonas de ocio de la juventud, en los colectivos de la tercera edad y el colectivo de inmigrantes.
Por
lo que respecta a este colectivo, tenemos tres misiones que cumplir; la primera
de asistencia humanitaria y de defensa de sus derechos y libertades como primer
requisito para su integración; la segunda, el control de los flujos migratorios
al tener asignada por Ley Orgánica, la custodia de costas y fronteras; y en tercer
lugar la lucha contra las redes de inmigración ilegal.
La integración social
de los inmigrantes constituye pues una necesidad para garantizar la convivencia
y la seguridad pública.
Estoy seguro y así os
lo pido a todos los que formáis parte de esta Zona, que para el logro del
objetivo final que mencionaba, será preciso que reforcemos los sólidos
principios morales, que nuestro fundador el Duque de Ahumada, quiso que
configuraran la esencia misma de la Guardia Civil, y que entre otros son: el
honor, la disciplina, el espíritu de sacrificio, la vocación de servicio al
ciudadano y la subordinación plena a la Ley y al Poder legalmente constituido.
Por todo ello, será
imprescindible impulsar los valores profesionales, oponiéndonos abiertamente a
cualquier forma de corrupción.
Y para ayudar a este
objetivo, apelo, en este momento, a los
responsables de las Unidades y al nuevo estilo de mando en que deben basarse la
dirección de equipos humanos, empleando altas dosis de motivación hacia los
Guardias Civiles que los forman, conociendo sus inquietudes y tratándolos con
justicia y equidad. Es preciso el equilibrio entre autoridad y liderazgo. Pido a
todos los mandos que este equilibrio esté siempre presidido por el ejemplo y a
todos los Guardias Civiles que profundicen en la lealtad mutua.
Por otro lado, hemos de
proseguir en la mejora de nuestras infraestructuras. Es bien notorio el impulso
que las diferentes Administraciones han dado al adecentamiento de los
Acuartelamientos, pero tampoco podemos recrearnos en ello, pues contamos con 45
Cuarteles y es necesario continuar rehabilitando espacios para que no vuelvan a
repetirse esas imágenes de Casas-Cuartel casi en ruinas.
Mi especial agradecimiento a tantos y tantos
Ayuntamientos que con su buena disposición ayudan a paliar pequeñas
deficiencias en nuestras propias infraestructuras y mantienen una permanente
actitud de proximidad con todos los Puestos de la Región.
Es cierto, que vivimos
tiempos de mayor dificultad económica para todos y que ello conlleva afectación
sobre el desenvolvimiento de la vida de los pueblos. Es en los momentos de
dificultades donde debemos superarnos, como bien acreditado lo tenemos, para
transmitir la máxima seguridad y confianza a nuestros conciudadanos, y siendo
solidarios con quienes más lo necesiten, conscientes de que siempre habrá
desaprensivos que tratarán de aprovecharse de la situación violentando a los
pacíficos ciudadanos que viven con resignación y esfuerzo su situación
particular, para apoderarse de lo ajeno. Es el momento de estar más cerca que
nunca de nuestros demarcanos y llevarles la tranquilidad y seguridad que otros
tratarán de arrebatarles sin escrúpulos.
Sirvan mis siguientes
palabras para agradecer el imprescindible trabajo, y quizás no suficientemente
reconocido de las Unidades de Investigación y de Policía Judicial, sobre todo
por sus éxitos ante las sofisticadas formas de delincuencia organizada y su
apoyo constante a las víctimas de la violencia de género, así como en la dura
lucha contra el narcotráfico.
Hemos comenzado este
acto con la imposición de condecoraciones a quienes, por su ejemplar
comportamiento, se han hecho merecedores a ello. Mi felicitación más sincera.
Pero quiero destacar a los que, con carácter extraordinario y precisamente por
ello, hoy han recibido la Cruz al Mérito de la Guardia Civil y la Cruz al
Mérito de la Seguridad Vial. Enhorabuena y muchas gracias.
Y qué decir de nuestro
personal retirado y en la reserva, de nuestros mayores, de nuestros veteranos,
que, no solamente nos precedieron con su trabajo ejemplar, ganando a pulso para
el Cuerpo, el reconocimiento de toda la sociedad y llevándonos hasta el
carácter Benemérito, hoy mundialmente reconocido, sino que también ahora,
siguen siendo lo mejor que tenemos. Personalmente me considero en deuda permanente
con vosotros (soy hijo de un Guardia
Civil, ya fallecido) y como Jefe de la Zona, no olvidaré nunca que estáis aquí
y os pido que sigáis considerando ésta vuestra casa y a cuantos estamos en
activo vuestra familia.
Muchos ya no están
entre nosotros.
Unos se marcharon
porque su vida se fue apagando con la edad y otros nos dejaron súbitamente por
enfermedad, por accidente o por la implacable acción del terrorismo. Para todos
ellos quisiera dejar patente un imborrable recuerdo de gratitud, especialmente
para los que dieron su vida en defensa de los principios en que se sustenta una
sociedad democrática y aquellos otros que lo hicieron durante la realización de
servicios y auxilios en favor de los ciudadanos.
Tampoco quisiera
olvidar en este momento a aquellos compañeros que están desempeñando misiones
en el extranjero, muy lejos de sus hogares y familias, realizando cometidos de
cooperación policial, apoyo a la paz, asistencia y ayuda humanitaria.
No puedo terminar mis
palabras, sin dedicar un emocionado recuerdo a nuestras familias, mujeres e
hijos fundamentalmente, por su apoyo, comprensión y sacrificios personales que
sabemos realizan de forma diaria y sincera. Ellos son nuestra principal fuerza
y motivación.
Y termino, haciendo una
breve referencia al proceso de adaptación y modernización del Cuerpo, que se
deriva de su vocación de permanencia y que tiene como destino final la mejora
de la calidad del servicio que se presta al ciudadano, y que a su vez ha
supuesto que una de las principales características de la Guardia Civil a lo
largo de su historia haya sido su capacidad de adaptación a las nuevas
realidades sociales, culturales y políticas.
El Gobierno ha querido
y así lo ha expresado, que la Guardia Civil siga manteniendo su naturaleza
militar, su organización, su estructura y su propia entidad, su
despliegue territorial y en esencia su peculiar forma de conducirse que, como
es sabido por todos, le imprime carácter. Pero me interesa que quede muy claro
para quienes componen esta Zona, que no se tolerará ni por acción ni por
omisión, cualquier conducta que pueda interferir en la coordinación y en la
fluidez de la información, exigible a cualquier Institución Policial, para con
las demás.
Finalizo, ya,
agradeciendo nuevamente la presencia de todos los asistentes y solicitando de
los hombres y mujeres que forman la Guardia Civil, que persistan en la
consecución de su compromiso colectivo de servicio, de ayuda a los demás, de
proximidad y colaboración con la sociedad a la que sirven y con las
Administraciones e Instituciones que la representan.
Muchas gracias.
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