martes, 18 de diciembre de 2012

Muleros, machacas y enfajados: portadores de la muerte



            La Guardia Civil ha desarticulado en Águilas una red internacional de tráfico de cocaína, con conexiones en varias provincias españolas -Alicante, Almería y Madrid- y diversos países de Sudamérica, en la denominada Operación Bocacalle.

            La información, con datos idénticos -como es obvio- la aportan la delegación del Gobierno en Murcia y la Oficina Periférica de Comunicación de la Guardia Civil. En total se ha detenido a 12 personas por presuntos delitos de tráfico de drogas y pertenencia a grupo criminal.

            Entre las actuaciones que han permitido desarticular esta presunta mafia hay varios registros domiciliarios en varias provincias; la Guardia Civil se ha incautado de más de 8 kilos de cocaína, además de armas y otros objetos que suelen estar relacionados con este tipo de cosas, como documentos falsos y útiles para manipular la droga.

            Según las investigaciones, la red utilizaba personas que entraban en España por el aeropuerto madrileño de Barajas, llevando la droga en el interior de sus cuerpos; luego llegaban a Águilas y desde allí la distribuían a otras partes del país.

            En concreto, la Guardia Civil tuvo conocimiento de la existencia de esta trama en el mes de junio. Traficaban sobre todo con cocaína líquida, de gran pureza y por tanto de gran valor en el mercado de drogas. El grupo, compuesto por españoles, bolivianos, colombianos y brasileños, estaba muy bien jerarquizado, y cada uno de sus miembros desempeñaba una función, desde el transporte de la droga hasta su venta. Seleccionaban muy bien a sus integrantes, y no dudaban en emplear la violencia para mantener el orden y vigilar a sus vendedores.

            Las dos notas de prensa describen con detalle el funcionamiento interno de esta narcomafia, de una manera exhaustiva e incluso amena, de manera que las transcribo en su totalidad hasta el final del artículo. Luego haré una reflexión.

            Diferentes roles dentro de la organización

            - El presentador o entrenador. Persona que captaba a los viajeros o muleros que eran enviados a Sudamérica, seleccionando minuciosamente a los candidatos en Águilas tras convencerlos para viajar y ser capaces de introducir droga en España. Llegaban a “adecentarlos”, proporcionándoles ropa nueva y dotándolos de un aspecto que no levantara las sospechas de los agentes encargados del control del tráfico aéreo. Eran los encargados de hacer la prueba a los viajeros. La prueba consistía en tragarse varias decenas de preservativos llenos de agua y controlar el tiempo que tardan en expulsarlos del organismo, debiendo superar las 15 horas para asegurar la larga travesía aérea transoceánica y el viaje en carretera desde Barajas hasta la localidad de Águilas.

            - El mulero. Persona que, a cambio de varios miles de euros, viajaba a Sudamérica para ingerir droga líquida o sólida en pequeños trozos, o bien ocultarla en su equipaje o vestimenta. Podía ir, según el argot, enfajado (forma de ocultar la droga adherida en láminas al cuerpo, como una segunda piel) o tragado (ingiriendo la droga liquida o sólida para luego ser expulsada). Esta práctica resulta ser muy peligrosa y pone en peligro la vida del mulero, toda vez que en caso de rotura de uno de los preservativos dentro del estomago, se produce la muerte por sobredosis en cuestión de minutos. En la operación policial se han interceptado tres muleros, dos tragados y uno enfajado. En el primer caso, ocurrido en septiembre, uno de los detenidos, de nacionalidad boliviana, fue interceptado por la Guardia Civil en la terminal T4 de Barajas, en  un vuelo procedente de Lima (Perú), cuando portaba ocultos en el interior de su estómago, 26 preservativos conteniendo MÁS DE UN KILOGRAMO de cocaína liquida pura.
            - El cocinero. Persona que sabe manipular la droga para transformarla hasta que es apta para el consumo. Tal tarea la realiza en los llamados laboratorios, ocultos en los domicilios registrados tanto en Águilas como en Alicante, donde se han intervenido prensas, sustancia de corte para adulterar la pureza de la cocaína y aumentar su peso. Entre las sustancias intervenidas destaca la cocaína líquida, la cual necesita que el cocinero le añada un reactivo químico -secreto para cada organización- sin el cual no es posible transformarla en la cocaína al uso. Con ello se intenta que, en el caso de serle sustraída por otro grupo (actividad frecuente), no puedan transformarla en cocaína sólida, en polvo, para ser consumida.

            - El machaca. Persona que colabora con gestiones de menor importancia, pero que son arriesgadas, dado que son los encargados de tareas como enviar dinero desde los locutorios, compran los pasajes de avión para los muleros, alojarlos en hoteles, desplazarlos en sus propios vehículos, etc., exponiéndose con todo ello a ser identificados y detenidos con mayor facilidad que los presentadores, jefes o cocineros.

            El grupo criminal desarticulado reclutaba a los muleros en Águilas, los cuales eran trasladados por los machacas hasta Madrid, donde eran recibidos por otros miembros de la organización que los mantenían alojados en un hotel de la capital hasta que eran embarcados en un vuelo con destino Perú, Argentina o Colombia.

            Una vez en el aeropuerto de destino, eran de nuevo alojados durante un tiempo prudencial en un hotel, recibiendo un flujo constante de dinero a través de envíos desde locutorios de Águilas y Alicante para asegurar una holgada estancia. No obstante, se mantenía un estricto control sobre los mismos hasta que tragaban la cocaína y eran embarcados con destino Barajas, donde eran nuevamente recibidos por miembros del grupo e inmediatamente trasladados por carretera hasta Águilas, donde debían entregar la droga una vez expulsada de su organismo.

            ...concluyo aquí la transcripción literal y paso a resumir otros extremos de la Operación Bocacalle:

            En septiembre de 2012 se detuvo en Barajas a un mulero con 1'3 Kg de cocaína líquida pura proveniente del Perú.

            En ese mismo mes, tras una persecución por las calles de Águilas, la Policía Local y la Guardia Civil detuvieron a tres personas y se incautaron de 410 gr. de cocaína líquida pura procedente de Argentina.

            Entre octubre y diciembre se detuvo en Barajas a un mulero español que llevaba enfajados en sus ropas casi 7 kilos de cocaína pura procedente de Colombia.

            En estas fechas, además, se practicaron 4 registros en domicilios de Águilas, Pulpí y Alicante, que se saldaron con 7 detenciones y permitieron la incautación de casi medio kilo de coca y otro tanto de marihuana seca, dispuestos para su venta; además, varios miles de euros, prensas para compactar la coca, productos químicos, armas, y demás.

            Según los cálculos practicados por los responsables de la operación, los 8 kilos de cocaína pura tenían un valor superior a los 400.000 €; tras haber sido procesados y mezclados con la basura más diversa, se habrían conseguido varios miles de dosis y un beneficio total para los narcos muy superior al millón de euros.

            Las notas de prensa destacan que para la realización de las actuaciones ha sido necesaria la intervención conjunta de varias unidades de la Guardia Civil especializadas en la lucha contra el narcotráfico, así como de personal de la benemérita del Aeropuerto de Barajas y de diversas Unidades de Investigación y Seguridad Ciudadana en diversas provincias. También ha colaborado personal de la Policía Local de Águilas. En el operativo, que ha sido coordinado y dirigido por la Guardia Civil de Murcia, han intervenido más de 50 agentes.

            Una vez finalizada la operación policial, la presunta trama delictiva se considera totalmente desarticulada y desactivada. En cuanto a los detenidos, han sido puestos a disposición judicial en Lorca, y la mayoría de ellos están en prisión provisional.

            Mi enhorabuena a la Guardia Civil, a la Policía Local de Águilas y a las demás unidades policiales que han conseguido retirar de la circulación a esta mafia que se enriquece con la muerte. A un pariente mío, durante una temporada que estaba trabajando en Marruecos, le abordó un individuo ofreciéndole un beneficio por entrar en España un alijo de hachís. Dijo que no y se marchó rápidamente, y por eso ahora estará cenando tranquilamente con los suyos y no en la cárcel, y, lo que es aún peor, con la conciencia inquieta por su participación en la venta de esos venenos que producen millones de muertes.

            Hay que tener muy poca decencia para acceder: te vas desde Águilas hasta Madrid acompañando a un machaca, carne de cañón, engañando a tu mujer, a tu familia, o metiéndoles en el ajo. Me voy al Perú a tragar condones. Pasas un día en el avión hasta llegar a un país del que sólo vas a conocer una habitación de hotel y el cuarto de baño en el que te harán tragar condones como a un pavo, vigilándote después para ver cómo los echas. Luego te vuelven a cebar, esta vez con veneno, y te meten en un avión, rodeado de gente normal que viene de vacaciones, sabiendo que si se rompe una de las bolsas te vas a morir en cuestión de minutos, y además chillando como un cerdo.

            Yo he escuchado esos chillidos, con el terror añadido de saber que están siendo tus últimos gritos; que a esas alturas del partido ya no hay nadie que te salve. Vuelves a España, pasas la aduana y otro individuo te lleva a un hotel para encerrarte con vigilancia en el cuarto de baño. Y te dan dos o tres mil euros y una docena de amenazas de muerte que se sumarán al miedo constante de que la Guardia Civil logre tirar del hilo -siempre, siempre lo consiguen- y aparezcas tú, el último eslabón, el traga condones, a comerte ahora cinco o seis años de cárcel. Por idiota. Porque los muleros, además de delincuentes, además de cómplices de numerosas muertes, son idiotas de barriga hinchada, genuina carne de cañón. En fin, repito: enhorabuena a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado por esta Operación Bocacalle que ha sacado miles de dosis de veneno de las calles.

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